Pedir ayuda: Una opción al alcance

Las “crisis” son una oportunidad de ampliar miras y depurar necesidades vitales.

Hoy en día todavía existe una gran diferencia entre la importancia que damos a una dolencia física frente a los malestares psicológicos o emocionales. Esto es habitualmente por el impacto social, temor y prejuicios que suponen el acudir a un especialista en salud mental. Ante este miedo y falta de aceptación, tendemos a esconder nuestro malestar, creyendo que mostrarlo nos hace débiles. Sin embargo, ofrecer la cara contraria puede incluso agravar más la sintomatología, desgastándonos emocionalmente, al obligarnos a fingir un estado emocional en el que no nos encontramos.

Sentir tristeza, rabia, o impotencia no es una debilidad. En muchas ocasiones aparecen ante la incapacidad de dar la respuesta que la sociedad espera de nosotros. Una sociedad rígida, exigente y sobre todo individualista, que nos limita a la hora de valorar lo que realmente es necesario de lo que no, creándonos en ocasiones expectativas imposibles de alcanzar en aras de lo que se enseña bajo el concepto de “felicidad”.

Ser feliz depende del balance que hacemos de nosotros mismos: de nuestros valores y de nuestros verdaderos objetivos vitales. En este punto puede que surjan nuestras frustraciones o preocupaciones por lograrlos; dando lugar a ansiedades cuando las mismas se exceden de lo necesario. Es normal tener malos momentos, y malos días: estos son puntos de inflexión que acompañan a un crecimiento personal que nos puede ayudar a ser mejores. Las “crisis” son una oportunidad de ampliar miras y depurar necesidades vitales.

El profesional de la salud mental trata de ayudar a que, en estos procesos de desarrollo, el sufrimiento sea el menor posible acompañando al paciente en su autodescubrimiento. Tendiéndole la mano, alentándole en el avance. En el proceso ganará responsabilidad, pero sobre todo respeto y determinación por sí mismo y sus tiempos en el día a día.


¿Y vosotros? ¿Habéis experimentado alguna vez estos sentimientos? En Psicokide siempre estamos dispuestos a escuchar.

LinkedInTwitterFacebookPinterestGmailEmailBufferEvernoteWhatsApp