USOS Y BENEFICIOS DE

LA TERAPIA INFANTIL

¿Cuándo acudir?

Como padres queremos lo mejor para nuestros hijos, por ello, no es un error pedir asesoramiento cuando tenemos dudas sobre lo que puede estar sucediendo en casa. Podemos encontrarnos con un amplio abanico de dificultades, desde un punto más madurativo (conciliación del sueño, retención de esfínteres) hasta la esfera más emocional (dificultades o angustias tras una separación o fallecimiento, problemas en los estudios o en las relaciones con los demás, agresividad o frustración descontrolada, etc.). Es en estos casos cuando una intervención puede ayudar en el desarrollo madurativo del niño, así como en la construcción de una autoestima sana: mejorando la comunicación, las habilidades o la inteligencia emocional. En definitiva, el objetivo de una terapia siempre será potenciar el bienestar emocional y social del niño.

¿En qué consiste?

La terapia infantil se diferencia con respecto a la intervención con adultos tanto en las técnicas como en la relación que se establece. En primer lugar, la herramienta clave es el juego, lo que hace de las sesiones un escenario totalmente experiencial y vivencial. Es a través de éste que se crea un entorno protegido y de confianza, donde el niño encuentra una forma de expresarse sin tener que verbalizar necesariamente lo que le sucede (en muchas ocasiones ni siquiera es consciente de ello), reflejando en sus actos aquello que le incomoda. En paralelo, el terapeuta tiene la posibilidad de indagar en los eventos internos (pensamientos, sensaciones y emociones) del niño, y le permitirá orientarle en el avance o conflicto de estas “situaciones laboratorio”, de las cuales dependerá la duración y frecuencia de la terapia.

En segundo lugar, tanto los padres, como la escuela y otras instituciones y profesionales toman parte de la intervención, creando así una alianza terapéutica múltiple. Para ello, el terapeuta se entrevista con los padres con el fin de obtener la historia del desarrollo y el motivo de consulta. Después, realizará una serie de encuentros con el niño para explorar y dar una respuesta orientativa a los progenitores sobre la terapia a realizar. Es aquí donde puntualizamos que el psicólogo infantil debe tener conocimientos amplios en todas las esferas de desarrollo de las etapas tempranas de la vida, para poder adaptarse en lenguaje, comprensión y proceso emocional de cada niño.

Beneficios de la terapia infantil

De nuevo, pedir consejo cuando tenemos dudas nunca es un error. Las primeras etapas de nuestra infancia son determinantes a posteriori en la vida adulta, por ello una maduración y desarrollo adecuados se vuelven tan importantes. La terapia infantil ayuda al niño a regular positivamente sus emociones; le ofrece seguridad a la hora de relacionarse con otros; incrementa la seguridad en uno mismo y también en su autoestima. Además, genera en los padres una nueva perspectiva y comprensión de lo que está sucediendo, proporcionándoles pautas de crianza más eficaces.

Si crees que puedes necesitar apoyo u orientación con alguna dificultad, desde Psicokide estaremos encantados de ayudarte.

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